lunes, 28 de noviembre de 2011

PFRH - IV BIMESTRE–2do de Secundaria

APRENDIENDO A APRENDER

1. Pensamiento y aprendizaje

El pensamiento es una facultad propia de los seres humanos. Nos permite hacer variadas actividades mentales como elaborar ideas, resolver problemas, imaginar, recordar y representar aspectos diversos de la realidad.

¿Cómo se produce el pensamiento?

Se pone en marcha cuando estamos frente a una situación problema ante la cual no hay una respuesta inmediata, pero que exige solución.

El pensamiento es producido por lamente, que elabora la información y crea representaciones simbólicas que sustituyen a los objetos concretos, a fin de hallar la solución a un problema o conflicto.

El resultado del “PENSAR” es una adaptación individual a la situación en que se origina.

Niveles de pensamiento

El psicólogo suizo Jean Piaget ha estudiado la evolución del pensamiento de los niños. Como resultado de sus estudios, elaboró una teoría que sostiene que los niños tratan de captar el sentido de su mundo al relacionarse activamente con objetos y personas. A partir de ello, van evolucionando desde las coordinaciones motoras primitivas hasta diversas metas ideales, entre las que destacan algunas capacidades como razonar en abstracto, pensar de manera lógica y organizar acciones mentales u operaciones en estructuras complejas.

Para Piaget, la adquisición de operaciones mentales constituye el punto central del desarrollo del pensamiento, ya que el niño – según su teoría – pasa a través de etapas adquiriendo diferentes operaciones, y llega gradualmente a la etapa más madura durante la adolescencia.

ETAPAS DEL DESARROLLO COGNITIVO

- Sensorio motriz (0-18 meses): el desarrollo del pensamiento se manifiesta a través de acciones.

- Preoperacional (18 meses hasta 7 años): los niños poseen el lenguaje. Manejan imágenes y símbolos.

- Operaciones concretas (7 a 12 años): los niños pueden agrupar elementos clasificatorios. Comprenden que una cantidad de agua o de arena se conservan (siguen siendo las mismas) independientemente de cómo estén ordenadas. Pueden hacer seriaciones de objetos de acuerdo con una dimensión, como el peso, el tamaño, la longitud, etc.

- Operaciones formales (12 años en adelante): los adolescentes pueden razonar acerca de situaciones hipotéticas y buscar varias alternativas de solución posibles ante un problema. Son capaces de realizar operaciones para resolver operaciones más complejas. Pueden reflexionar sobre las reglas que poseen. Tienen conciencia de sus propios pensamientos y se percanta de lo que saben.

Pensamiento y lenguaje

Un medio a través del cual damos a conocer nuestro pensamiento y nuestros sentimientos es el lenguaje. El lenguaje está conformado por un conjunto de símbolos (sonidos, letras y signos) que poseen un significado y un conjunto de reglas que permiten obtener diferentes tipos de información.

El lenguaje interviene, además, en diversos procesos cognitivos como la memoria, el razonamiento, la resolución de problemas y la planificación de acciones.

A través del lenguaje podemos aprender muchas más cosas que si sólo empleáramos la experiencia directa, pues la mayor parte de los conocimientos que poseemos y la cultura(costumbres, normas morales, creencias de nuestra sociedad) nos han sido transmitidos a través de la palabra.

El aprendizaje

El lenguaje, como hemos visto, es un medio importante para aprender. Aprendemos cuando adquirimos conocimientos, actitudes o procedimientos a través de la experiencia.

Para que se produzca el aprendizaje, es necesario que se desarrollen dos procesos al interior de nuestro pensamiento: la asimilación, que consiste en incorporar nueva información; y la acomodación, a través de la cual se produce una modificación en nuestros esquemas de pensamiento debido a la nueva información que se ha asimilado. Ambos procesos generan cambios duraderos en la conducta de la persona que aprende.

2. Aprender a aprender

Un buen aprendizaje se caracteriza por ser durable y porque puede transferirse a otras situaciones. Para que ello suceda, es necesario que el aprendizaje sea significativo, es decir, que se produzca por la acción reflexiva y consciente de la persona que aprende, quien movido por su interés construye nuevos conceptos, estrategias o actitudes.

Aprender a aprender significa reconocer cómo es el propio proceso de aprendizaje para luego aplicar y controlar las acciones más adecuadas que nos permitan llevar a cabo con éxito determinada una tarea de aprendizaje. Aprender a aprender nos ayudará a convertirnos en estudiantes más reflexivos, capaces de organizar y regular estrategias para desarrollar aprendizajes significativos.

Estrategias que nos ayudan a aprender

Las estrategias de aprendizaje son el conjunto de acciones que una persona realiza de forma intencional para lograr éxito en un objetivo de aprendizaje. Las estrategias de aprendizaje implican un proceso de toma de decisión para seleccionar las acciones más adecuadas para un objetivo específico.

TIPOS DE ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE

  1. Estrategias de repetición: las utilizamos para memorizar o grabar información importante. No garantizan la comprensión de lo que se está estudiando, sino el recuerdo de la información. Ejemplos: memorizar fechas históricas, nombres de personajes importantes o fórmulas matemáticas.
  2. Estrategias de elaboración: buscan relacionar o conectar información que se está aprendiendo con información que uno ya conoce sobre el tema. Ejemplos: explicar lo que hemos entendido luego de leer un texto (parafraseo). Compara lo que estamos aprendiendo con lo que sabíamos sobre el tema. Relacionar lo que estamos aprendiendo con lo visto en otros cursos. Analizar la utilidad de lo que estamos aprendiendo.
  3. Estrategias de organización: buscan ordenar y clasificar la información que estamos aprendiendo. Ejemplos: elaborar esquemas o mapas conceptuales para establecer las relaciones y categorías entre las diferentes ideas. Discriminar la información importante de la que no la es.

Estrategias de control

Estas estrategias son de suma importancia porque nos permiten regular nuestro propio aprendizaje. Las estrategias de control pueden darse en tres momentos: antes de iniciar la tarea, durante la realización de la tarea y después de finalizar la tarea.

ANTES DE INICIAR LA TAREA:

- Debemos detenernos a pensar en el objetivo de la tarea. Por ejemplo: analizar las semejanzas y diferencias entre las culturas Mochica y Chimú.

- Luego de tener claro el objetivo, es necesario planificar las acciones que llevaremos a cabo para lograrlo. Para ello debemos considerar nuestras capacidades y limitaciones, así como las condiciones en las que tenemos que realizar la tarea. Continuando con el ejemplo anterior, si sé que manejo bastante información sobre la cultura Mochica, entonces dedicaré más tiempo para investigar sobre la cultura Chimú. Asimismo, utilizaré cuadros o tablas que me permitan comparar diversos aspectos de las dos culturas.

DURANTE LA REALIZACIÓN DE LA TAREA

- Examinar si estamos avanzando hacia el logro del objetivo planteado. Para ello debemos revisar si las estrategias seleccionadas están siendo útiles para el desarrollo de la tarea.

- Replantear las acciones planteadas si nos damos cuenta de que no nos están permitiendo el logro de la tarea.

DESPUÉS DE FINALIZAR LA TAREA.

- Evaluar si hemos logrado éxito en nuestro objetivo y si nuestro plan de acción fue efectivo. De esta manera, obtenemos información importante sobre como aprendemos y qué tan bien lo estamos haciendo.

Estrategias de apoyo

Las estrategias de apoyo no están dirigidas específicamente a aprender algún tipo de contenido. Estas estrategias están dirigidas a mejorar las condiciones en que se produce el aprendizaje para hacerlo más eficaz.

Las estrategias de apoyo incluyen: el establecimiento y mantenimiento de la motivación, la dirección de la atención y el mantenimiento de la concentración, el manejo de la ansiedad, la organización del tiempo, etc.

3. La lectura, una herramienta para el aprendizaje

La lectura es una valiosa herramienta para el aprendizaje. A través de la lectura accedemos a una gran cantidad y variedad de información que nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea.

Por lo tanto, una de las cuestiones más importantes que se debe plantear un estudiante es cómo lee. No se trata solamente de leer mucho o poco, de leer rápido o despacio, sino, sobre todo, de leer con eficacia.

Debemos tener en cuenta que no basta con decodificar (reconocer) correctamente las palabras del texto, sino que se requiere, además, comprender el mensaje contenido en la lectura. Esto se logra cuando somos capaces de elaborar un conjunto de significados en nuestra mente a partir de lo que vamos leyendo, y lo complementamos con el conocimiento que ya tenemos.

Estrategias de lectura

Es importante que aprendamos a desarrollar estrategias de lectura, que al igual que las estrategias de aprendizaje, constituyen un conjunto de acciones panificadas y controladas para interpretar de manera eficaz el contenido de un texto. Las estrategias de lectura que podemos poner en práctica son las siguientes:

  1. Antes de iniciar la lectura

Definir lo que queremos lograr con la lectura que vamos a realizar, pues dependiendo del objetivo que perseguimos nuestro modo de leer el texto tiene que ser distinto. Por ejemplo, si decido emplear la lectura para estudiar, me propondré leer más lento con la intención de comprender, organizar y retener la información. Es importante, asimismo, dar una revisión general al texto para tener una idea acerca de lo que trata. De esta forma, iremos relacionando nuestros conocimientos respecto al tema con lo que vamos a leer.

  1. Durante la lectura

Estar pendientes de nuestra comprensión del texto. Podemos tener en cuenta las siguientes estrategias:

- Después de leer rápidamente el texto para saber de qué trata, es necesario que tratemos de entender datos puntuales: vocabulario, nombres, fechas, situaciones…

- Debemos comprobar que hemos captado el significado de expresiones, afirmaciones, comparaciones…

- Es necesario, además, captar la relación existente entre los diferentes datos, oraciones y párrafos propuestos en el texto.

Debemos considerar que nos textos que leemos son de distinto tipo: narraciones, descripciones, argumentaciones, etc. Estas diferencias responden a las intenciones de los autores. El hecho de identificar el tipo de texto nos facilita enormemente la comprensión y el recuerdo de lo que nos informa.

  1. Después de la lectura

Evaluar si hemos logrado el objetivo que nos habíamos propuesto al inicio. Asimismo, verificar si nuestras estrategias nos permitieron lograr una buena comprensión de lectura.

lunes, 19 de septiembre de 2011

PFRH - III BIMESTRE - 2do de Secundaria

USO DEL TIEMPO DE ESTUDIO

El tiempo es uno de los pocos recursos que todas las personas poseemos por igual. Todos tenemos 24 horas al día, así que depende de cada uno sacarle el mayor provecho posible. El tiempo no se puede ganar, pero sí se puede perder. Por ello, es muy importante aprender a organizarlo de tal manera que logremos cumplir con aquello las cosas que nos hemos propuesto.

Hay cuatro pasos fundamentales para usar adecuadamente nuestro tiempo:

  1. Planificar, es decir, planear el conjunto de actividades que nos toca realizar, el tiempo que invertiremos y los recursos que necesitamos para lograr nuestra meta.
  2. Poner prioridades, esto es, decidir cuál de las actividades programadas es la más importante y abocar nuestras energías para completarla primero.
  3. Elaborar una agenda, es decir, separar el momento específico en el que haremos nuestras actividades restantes.
  4. Hacer un seguimiento, que consiste en verificar cada cierto tiempo si nuestra agenda se está cumpliendo de acuerdo con lo que planificamos. Si necesitamos modificar algo en la agenda, debemos tratar de que nuestro objetivo inicial no se pierda.

La aplicación de estos principios nos permitirá cumplir satisfactoriamente con nuestras responsabilidades escolares y domésticas, así como disfrutar del tiempo libre. De esta manera, evitaremos el estrés.

  1. TIEMPO DE ESTUDIO Y METAS ACADÉMICAS

La organización del tiempo de estudio

Para aprovechar bien el tiempo de estudio y obtener un buen rendimiento, es importante organizarse. Considera las siguientes sugerencias:

- Utilizar una agenda en la que se anoten las tareas de cada día, fechas de exámenes, entrega de trabajos, etc.

- Establecer un horario fijo de estudio: dos horas diarias, de preferencia, a la misma hora y en la misma habitación.

- Planificar claramente lo que se debe hacer cada día en esas dos horas de estudio

- Priorizar las actividades distinguiendo entre:

· Tareas importantes que requieren una atención inmediata.

· Tareas que, siendo importantes, pueden posponerse si es necesario.

· Tareas que es recomendable hacerlas, pero sólo una vez que se hayan hecho las anteriores.

- Ponte a estudiar con decisión y buen ánimo. El estudio no es un castigo, sino el medio para conseguir otros objetivos en la vida.

Obstáculos a evitar:

- Las interrupciones (llamadas de teléfono, visitas, etc.).

- La ausencia de planificación o de prioridades.

- El desorden en la agenda o en el cuaderno.

- No tener anotadas las tareas que corresponden a cada día.

- La falta de interés y el desánimo.

Habilidades y limitaciones

Además de organizar nuestro tiempo, es importante tener claro cuáles son nuestras habilidades y limitaciones. Esto nos ayudará no sólo a decidir con qué tareas empezar, sino también qué áreas nos conviene reforzar. De esa manera, podremos fijar mejor nuestras metas académicas.

La habilidad consiste en la buena ejecución de alguna actividad, ya sea mental o física. Somos hábiles en algo cuando lo hacemos bien o de manera sobresaliente. Por ejemplo, si resolvemos los problemas matemáticos son dificultad, podemos decir que tenemos habilidad para la Matemática. Si, por otro lado, sobresalimos siempre en los partidos de vóley, podemos decir que somos hábiles para este deporte y, en general, para las actividades físicas o motoras. Las limitaciones, en cambio, se refieren a las áreas en las que tenemos algunas dificultades. Por ejemplo, si se nos hace difícil entender las lecturas que nos dejan en el colegio a pesar de que nos esforzamos para hacerlo bien, entonces es claro que tenemos dificultad para la comprensión de textos; o puede ser que tengamos un pobre desempeño en el baile, lo que implica que nuestra área motora no está muy desarrollada.

Es importante recalcar que todos tenemos habilidades y limitaciones. Esto es justamente lo que nos hace únicos y, por lo tanto, distintos unos de otros. Lo importante es reconocer en qué áreas somos hábiles, para valorarlas, y en cuales tenemos dificultades, para poner un mayor esfuerzo en ellas.

Las metas académicas

Son los objetivos o propósitos que nos planteamos lograr en nuestra vida académica. Según la complejidad de la meta, pueden durar un determinado tiempo. Las metas con mayor complejidad necesitan de una dedicación constante y se alcanzan luego de varios meses o incluso años. También podemos plantearnos metas más sencillas que podemos lograr en menor tiempo.

Tipos de metas académicas:

    1. Relacionadas con la tarea. Buscan incrementar la propia competencia porque la persona siente un interés personal por una actividad.
    2. Relacionadas con la autovaloración. Permiten que la persona experimente la satisfacción del éxito o evite la sensación del fracaso.
    3. Relacionadas con la valoración social. Están destinadas a lograr la aprobación de los demás y evitar el rechazo.
    4. Relacionadas con el logro de recompensas externas. Buscan conseguir algún premio o evitar un castigo.

Importancia de plantearnos metas

Plantearnos metas es parte del proceso de definir lo que queremos para nosotros mismos. Es una manera de ir descubriendo quiénes somos y hacia dónde queremos enrumbar nuestras vidas. Las metas que nos proponemos tienen que ser realmente nuestras, y no reflejar las aspiraciones de alguien más. Aunque es importante escuchar lo que nuestros padres esperan de nosotros, debemos tener claro que ellos no pueden decidir en nuestro lugar. Al definir nuestras metas, crecemos como personas autónomas, independientes y responsables de nuestras decisiones.

  1. ESTRATEGIAS PARA LOGRAR LAS METAS ACADÉMICAS

Luego de definir nuestras metas, el siguiente paso consiste en diseñar las estrategias para lograrlas, es decir, el conjunto de acciones planificadas y orientadas a alcanzar nuestras metas.

La planificación del horario de estudio

Planificar un horario de estudio implica haber tenido, previamente, una adecuada previsión de nuestras prioridades y las metas académicas que queremos alcanzar. Podemos seguir las siguientes recomendaciones para organizar nuestro horario o plan de estudios.

- Utilizar un cronograma en donde estén visibles los días de la semana y las horas del día. Debemos llevarlo siempre al colegio para poder apuntar las tareas pendientes. Es importante que lo ubiquemos en un lugar visible de la casa.

- Renovar el horario cada semana. Al llenarlo debemos empezar ubicando las actividades que realizamos siempre. Por ejemplo: clases del colegio, almuerzo, cena, otras clases o actividades fuera del colegio, etc.

- Separar dos o tres horas diarias para estudiar y hacer las tareas en casa. Es preferible que realicemos este bloque de estudio durante las mismas horas. De esta manera, se irá convirtiendo en un hábito. Luego de una hora de estudio continuo, debemos tomar un breve descanso.

- Para distribuir los cursos en los bloques de estudio, debemos empezar a ubicarlos según las prioridades para la semana. Es importante considerar en qué áreas tenemos más debilidades. Por ejemplo, si últimamente hemos tenido dificultades con Comunicación, entonces este curso debe tener prioridad en el horario de estudio.

- Es recomendable empezar a estudiar los cursos que son más difíciles o los que no nos gustan mucho, porque al inicio estaremos más alertas o despiertos. Si los dejamos para el último bloque de estudio, se nos van a hacer más pesados, pues ya estaremos cansados.

- El horario debe ser realista, es decir, debemos ser capaces de cumplirlo. Por ello, es importante no sobrecargar el horario con demasiadas actividades.

- El horario debe ser flexible, para que nos permita hacer algunos cambios o modificaciones a último momento si surge algún evento inesperado.

- Es importante comunicar en casa, a nuestros padres y hermanos, nuestro horario. De esta forma, tendrán presente que en determinadas horas estamos estudiando y no nos deben distraer.

- Programar actividades recreativas en algún momento de la semana. De esta forma podremos relajarnos y tener energía para concentrarnos en el estudio.

- Al finalizar la semana, debemos revisar si hemos cumplido nuestro horario. También tenemos que programar el horario de la siguiente semana, según las nuevas tareas y exigencias que tengamos.

Planteamiento realista de las metas

Es importante que las metas que nos planteemos sean realistas y factibles. Esto significa que no sean tan elevadas que nos frustren, ni tan simples que no nos motiven. Por otro lado, es necesario que evaluemos el proceso de avance en el logro de nuestras metas, pues en la medida que verifiquemos su cumplimiento podremos darnos recompensas que nos estimulen a continuar esforzándonos.

Los momentos de recreación

Los seres humanos somos personas integrales. Por lo tanto, cuando nos planteamos metas, debemos considerar el desarrollo de todas nuestras dimensiones. Eso significa que el éxito académico no se logra convirtiéndose en esclavos del estudio, pues eso solamente genera estrés y agotamiento.

Es importante que tengamos momentos de recreación y descanso adecuados, pues gracias a estos podremos relajarnos y recobrar energías, para luego tener una buena concentración en el estudio. Por ello, es conveniente que programemos dentro de nuestro horario personal tiempos para el descanso y la recreación. El deporte, por ejemplo, es una actividad que nos permite liberar tensiones y sentirnos más despejados. También podemos optar por actividades sociales o culturales en las que, además de relajarnos, podemos desarrollar nuestras habilidades como personas.

  1. MOTIVACIÓN Y METAS ACADÉMICAS

En muchos casos puede ocurrir que, a pesar de una adecuada planificación, no logremos alcanzar con éxito nuestras metas, o nos cueste mucho trabajo hacerlo. Si es así, debemos hacer un alto para analizar qué es lo que está sucediendo, porque es probable que nos haga falta una actitud adecuada hacia el estudio. Esto tiene que ver con la motivación.

La importancia de la motivación

La motivación es un aspecto importante en nuestra vida cotidiana, pues nos impulsa a hacer las cosas. Por ejemplo, cuando realizamos una actividad que nos agrada -como nuestro pasatiempo favorito-, nos sentimos animados y ponemos todo nuestro interés y esfuerzo en hacerlo bien y disfrutarlo, por que nos sentimos motivados.

Con respecto al estudio, este puede convertirse en una actividad tediosa y aburrida para muchos. Sin embargo, todo depende de la actitud que asumamos. Tenemos que considerar cuán motivados nos encontramos con el estudio, pues sin la motivación suficiente nos va a ser difícil persistir y vamos a querer abandonarlo.

Tipos de motivación

Hay muchas razones para sentirse motivado a estudiar, aunque no todas tienen la misma influencia sobre la voluntad y el comportamiento de las personas. Para entenderlas mejor, las clasificaremos en dos grandes grupos:

- Motivaciones externas. Estas, aun siendo importantes, son más débiles y tienen menos capacidad de empuje; así, ante las dificultades, se merman o desaparecen. Por ejemplo, temor a repetir de grado, complacer a los padres, hacerlo porque no hay de otro remedio, conseguir un premio, etc.

- Motivaciones internas. Son un motor potente que mueve desde dentro, comprometen más y llevan a superar todo tipo de obstáculos porque radican en la convicción y el interés; es decir, en lo más profundo de la persona. Por ejemplo, cuando estamos convencidos de la utilidad del estudio, sentimos la necesidad de aprender más, queremos mejorar nuestro nivel cultural o somos conscientes de que el estudio nos ayudará a ser mejores personas.

En la motivación para estudiar también influyen otros factores, como el profesor (que hace que resulte más o menos agradable la materia que enseña), los cursos en sí mismos (hay algunos más complejos que otros), el grupo de clase (que puede ser mayoritariamente aplicado o no, solidario o individualista, etc.), la escuela (hay algunas que motivan mucho a sus estudiantes, mientras que otras no tanto). A pesar de estos factores, debe quedar claro que la principal responsabilidad en el logro de las metas académicas está en cada persona.

Estrategias para automotivarse

La mayoría de las personas somos motivadas tanto externa como internamente. Sin embargo, quienes logran desarrollar una motivación interna tienen mayores probabilidades de éxito porque es más fuerte y perdurable que la externa. Por ello, es importante que no esperemos que otros nos motiven a estudiar, sino que aprendamos a automotivarnos.

¿Qué hacer si no estoy motivado? Si percibimos que no tenemos una buena actitud hacia el estudio, las siguientes estrategias pueden contribuir a nuestra automotivación:

- Buscar razones para estudiar.

- Encontrar las ventajas que puede reportar el estudio.

- Intentar averiguar las causas del desgano.

- Plantear soluciones a esas causas.

- Llevar a la práctica las soluciones planteadas.

- Buscar frecuentemente nuevas motivaciones para seguir estudiando.

¿Cómo motivarnos frente a un curso que no nos agrada? Aunque estemos motivados por el estudio en general, hay cursos que son más complicados que otros. Las siguientes sugerencias nos servirán de ayuda:

- Proponerse pequeñas metas cada día y comprobar si las hemos conseguido.

- Relacionar el contenido del curso con algo que nos guste.

- Trabajar en grupo con otros compañeros que estén igual o más motivados que nosotros.

- Durante el repaso del curso, hacerse preguntas y elaborar respuestas según lo estudiado.

- Estudiar de manera activa: reflexionando, subrayando lo importante, consultando en el diccionario, etc.

lunes, 4 de julio de 2011

PFRH – II BIMESTRE – 2do Secundaria

AUTOCONCEPTO Y AUTOESTIMA

El autoconcepto es la percepción que cada uno tiene de sí mismo y que se forma a partir de las experiencias y las relaciones con el medio social. Las personas más significativas (padres, hermanos, profesores y amigos) tienen un papel importante, pues nos proyectan imágenes de nosotros mismos.

  1. ¿Cómo se desarrolla el autoconcepto?

Durante la niñez, el autoconcepto surge gradualmente. Los niños son capaces de describir elementos de su masculinidad o feminidad, así como algunos rasgos y hábitos que los distinguen de los demás. Sin embargo, estas ideas están ligadas a situaciones concretas y a las apreciaciones que de ellos dan sus padres, profesores y otros niños.

En la adolescencia, las personas tienen las habilidades necesarias para establecer su autoconcepto independientemente de las opiniones de los demás ya que pueden identificar y analizar las nuevas capacidades cognitivas y físicas que se han desarrollado.

Sin embargo, es en los primeros años de la edad adulta cuando las personas organizan su autoconcepto y lo integran a su identidad personal.

  1. La autoestima

La autoestima es el valor que nos asignamos, y está relacionada con cuánto nos aceptamos y qué tan satisfechos estamos con nosotros mismos. Por ello está vinculada con el autoconcepto, ya que mientras más claro y positivo lo tengamos, lograremos consolidar una mejor autoestima.

La autoestima se desarrolla a medida que crecemos. Es una dimensión integral que involucra lo que sabemos de nosotros mismos (aspecto cognitivo), los sentimientos que ello nos produce (aspecto afectivo) y como se proyecta en nuestro comportamiento (aspecto actitudinal).

La autoestima determina el desempeño. Una persona con autoestima positiva tiene más confianza en sus capacidades, se esfuerza por conseguir sus objetivos, reconoce sus errores y sabe que puede superarlos porque cuenta con el apoyo y la comprensión de quienes la rodean.

Por el contrario, una persona con autoestima negativa tiene menores posibilidades de éxito debido a la pobre opinión que tiene de sí misma, la cual va acompañada de sentimientos de tristeza o frustración que generará en ella una actitud derrotista.

  1. Distorsiones del autoconcepto y la autoestima
  1. Sobregeneralización

Se extrae una conclusión general acerca de un simple incidente (“N om e sale el ejercicio, soy muy mala en los deportes”).

  1. Catastrofización

Se exagera, haciendo juicios extremos y esperando lo peor (“Me equivoqué, todo me va a salir mal”).

  1. Polarización

Se juzga como totalmente bueno o totalmente malo, éxito o fracaso, aceptación o rechazo, etc. (“Ella es súper buena”).

  1. Pensamiento “debería”

Posee una lista de normas rígidas sobre cómo se “deberían” comportar las personas (“Ella no debería reírse tanto”).

  1. Leer la mente

Se sacan conclusiones arbitrarias (“Él piensa que soy mala”).

lunes, 25 de abril de 2011

PFRH - I BIMESTRE - 2do Secundaria

 

EMOCIONES Y FRUSTRACIONES

LAS EMOCIONES

Las emociones son las reacciones de nuestro organismo frente a situaciones, conocimientos o informaciones que recibimos del medio que nos rodea.

Las emociones son experiencias afectivas que pueden ser intensas, pasajeras o bruscas.

En la adolescencia las emociones pueden ser positivas como el amor y la amistad; pero también pueden ser negativas, que pueden generar en nosotros reacciones agresivas con nosotros mismos o con las personas que nos rodean.

PRINCIPALES EMOCIONES

Para poder expresar de una manera adecuada nuestras emociones, es necesario que las reconozcas. Entre las emociones más importantes tenemos:

· La felicidad, experimentamos un estado de satisfacción y bienestar, nos predispone a la acción.

· La ira, nos predispone a la defensa o al ataque. Se produce cuando sufrimos un engaño, una frustración o una ofensa.

· El miedo, nos predispone a realizar movimientos de huida y aparece cuando sentimos que estamos en peligro.

· La sorpresa, se produce como consecuencia de un acontecimiento inesperado.

· La tristeza, se asocia con la disminución de energía, poco entusiasmo y falta de vitalidad.

· La aversión, nos produce rechazo y alejamiento de una determinada situación u objeto

Las emociones se presentan en nuestro organismo sin que tengamos conciencia de ellas, no depende de nosotros el hecho que se presenten o no. Lo que si podemos es elegir como reaccionar frente a ellas; y, sobre todo, como dirigir nuestros actos. Lo que se convierte en el primer paso para lograr nuestro autocontrol

TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

La frustración se produce cuando no logramos un objetivo que nos habíamos trazado. A lo largo de toda nuestra vida vamos a estar expuesto a todo tipo de frustraciones, porque en ciertas oportunidades no vamos a lograr lo que deseamos.

Para superarlas lo primero es adoptar una actitud serena. Tenemos que desarrollar la responsabilidad, la autonomía y la autoestima porque nos permitirán elevar nuestra capacidad de tolerar y enfrentar las frustraciones.

Los adolescentes tenemos que aprender a reconocer y comprender nuestras emociones lo que nos ayudara a ser responsables de ellas y a lograr el autocontrol. Cuando reconoce la manera cómo reacciona, está tomando conciencia de las reacciones que normalmente tiene, asumiendo la responsabilidad de las consecuencias

Además, para controlar nuestros impulsos, es importante tener una actitud reflexiva cuando nos equivocamos y aceptar el error para poder superarlo.